Queridos amigos, aquí estoy una semana más para ofreceros un pedacito de mis modestos conocimientos literarios. En esta ocasión me ha parecido interesante analizar desde una perspectiva personal, aunque brevemente, la poesía chilena contemporánea. Os preguntaréis por qué he seleccionado únicamente a poetas de este país y la respuesta es simple: probablemente sean los más experimentales y, por tanto, los más atrayentes. En esta reflexión aparecerán nombres bien representativos como Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Óscar Hahn, Floridor Pérez, Omar Lara, Gonzalo Millán, Raúl Zurita, Diego Maquieira, Elicura Chihuailaf, Teresa Calderón o Malú Urriola. Compartiré muchos de sus versos, pero en otros casos me limitaré a facilitaros el título del poema en cuestión para que los busquéis por vuestra cuenta (tampoco es cuestión de colapsar la entrada con millones de líneas cuando podéis encontrar fácilmente el que os interese). Sin más dilación, juzgad por vuestra cuenta la calidad de la poesía en Chile.
La
poesía hispanoamericana actual está necesariamente ligada a una serie de
sucesos históricos, políticos y sociales que afectan a un gran número de países
del continente latinoamericano a finales del siglo xx. Esto hace posible que tenga un carácter muy distintivo
en comparación con otras procedentes de Norteamérica y Europa, por lo que es
importante analizar cuál es el papel que desempeña dentro de las letras
castellanas desde nuestro humilde punto de vista.
Concretamente
es interesante repasar la situación chilena, ya que este es uno de los países
con mayor tradición poética del continente americano. La vanguardia, que en líneas
generales ya ejerció una influencia considerable en la poesía y la transformó
por completo, es una corriente estética muy destacada en Chile. Sólo cabe
señalar que la huella de Vicente Huidobro y Pablo Neruda es tan profunda que
son muchos los poetas continúan su camino. La poesía de la comunicación, sin ir
más lejos, comienza en los años sesenta a tomar los preceptos vanguardistas
para usos ligados al diálogo con el lector. También los neovanguardistas recuperan
en los ochenta y en los noventa la forma de la vanguardia, incluyendo múltiples
formas de codificación para marcar su identidad. Todas estas figuras, marcadas
por el deseo de innovar, han hecho posible que los poetas chilenos sean
calificados como experimentales. Otro rasgo distintivo es la recreación de la
violencia y la exposición de la tristeza, más especialmente a partir de 1973
debido a la traumática vivencia de la dictadura pinochetiana. La suma de dichas
circunstancias componen esas características tan marcadas de la poesía chilena
contemporánea, reconocida por su fuerza y rebeldía.
Una
vez presentados los rasgos generales, es necesario prestar atención a las
peculiaridades de cada uno de los poetas mencionados en el encabezado. Cabe
destacar, en primer lugar, que Nicanor Parra nos ha parecido una figura realmente
atractiva por su tendencia a la crítica. En “Los vicios del mundo moderno”
condena el capitalismo, la sociedad de consumo, el progreso tecnológico y la
vida artificial. Del mismo modo, con un tono destacado por el humor negro y la
ironía, se muestra disconforme en “Discurso fúnebre” con la hipocresía de
ciertas costumbres sociales:
Dícese
que el cadáver es sagrado,
pero
todos se burlan de los muertos.
¡Con
qué objeto los ponen en hileras
como
si fueran latas de sardinas!
Dícese
que el cadáver ha dejado
un
vacío difícil de llenar
y
se componen versos en su honor.
¡Falso,
porque la viuda no respeta
ni
el ataúd ni el lecho del difunto!
Además, tanto en “La montaña rusa” como en Manifiesto, promueve la destrucción de
la poesía anterior, aquella que la burguesía chilena convirtió en un privilegio
para unos pocos, porque desea que la poesía sea un producto social. El famoso
psicoanalista Siegmund Freud también es motivo de burla, puesto que se le
reprocha en un poema con su mismo nombre que todo lo relaciona con el acto
sexual. El juego antipoético, en
definitiva, hasta consigue romper el esquema propio de la oración cristiana en
“Padre nuestro”, poema en el que reconstruye dicho rezo.
Gonzalo
Rojas es, por su parte, otro de los máximos exponentes de la poesía chilena. “Carbón”
nos ha conmovido porque es un canto crítico a la explotación laboral, motivado
seguramente por una experiencia personal del poeta. Su padre fue ingeniero de
minas y murió desempeñando esta labor cuando él era pequeño. Este suceso debió
marcar mucho su existencia, tanto que en Atacama trabajó en las minas
dedicándose a la alfabetización de los trabajadores. Conociendo estos datos,
hemos podido valorar en gran medida el ya mencionado poema y considerarlo uno
de nuestros favoritos. También “Qedeshim Qedeshóth” nos ha llamado la atención
precisamente porque se hace alusión a la violencia sexual de forma muy cruda,
algo común durante la dictadura: …y
lascivo y /seminal la violé en su
éxtasis como /si eso no fuera un
templo sino un prostíbulo, la /besé
áspero, la/ lastimé…
Otra
figura destacable es Enrique Lihn, poeta muy estimado por oponerse a la
asfixiante cultura oficial de la época de la dictadura militar. “Nunca salí del
horroroso Chile” expresa el dolor del viajante, que se siente extranjero en
todas partes y que, en verdad, no puede escapar jamás de su tierra. La voz
poética asume que bien pudo salir físicamente del país pero que su corazón
permaneció allí. También ataca a la poesía tradicional en “Rimbaud”, donde califica
como basura a la retórica que no aporta nada al poema. En “Porque escribí” razona
que la escritura es un escape, una terapia o un antídoto para huir de la
muerte: porque escribí porque escribí
estoy vivo. Sin duda este último ha
sido el poema que más nos ha agradado de Lihn por haber captado tan
certeramente la razón por la que escribimos los seres humanos, que no es otra
que la de escapar de nuestra angustiosa realidad.
En
un mismo sentido giran las palabras de Jorge Teillier, quien resume lo
siguiente: ninguna poesía ha calmado el
hambre o remediado una injusticia social, pero su belleza puede ayudar a
sobrevivir contra todas las miserias. Este poeta también se sirve de la
poesía para huir del momento presente. Solo así puede entenderse su obsesión
por rememorar la infancia en poemas como “Juegos en la noche”. Se trata de una
voz poética melancólica que teme el paso del tiempo por ser el que nos lleva a
la muerte, como puede observarse en las últimas estrofas de “Despedida”:
y
me despido de estos poemas:
palabras,
palabras – un poco de aire
movido
por los labios – palabras
para
ocultar quizás lo único verdadero:
que
respiramos y dejamos de respirar
Este sentimiento es el que promueve que
manifieste constantemente el deseo de ser niño otra vez, muy especialmente en
“Pequeña confesión”. El poeta está embargado por la nostalgia, tanto que
confirma que el alcohol es el recurso idóneo para ahogar sus penas
existenciales. Teillier tiene claro que es
mejor morir de vino que de tedio, verso muy significativo en nuestra
opinión. No en vano “Un hombre solo en una casa sola” presenta una figura en
estado depresivo que muestra lo perjudicial que es el aburrimiento y la soledad.
Óscar
Hahn es, en nuestra opinión, el poeta de la muerte y el sexo. Nos ha llamado la
atención especialmente por “Visión de Hiroshima”, donde hace alusión a la
violencia del poder y describe con mucho realismo la desolación causada por la
radiactividad. De un estilo parecido es “Un ahogado pensativo a veces
desciende”, pues se repite persistentemente el verso hay otro muerto más flotando aquí y este provoca un sentimiento de angustia
al lector porque aparece muy intensificado. Hahn, preso durante el golpe militar de 1973,
convivió con la muerte y este es el motivo por el que escribe versos tan
significativos como los de “La muerte está sentada a los pies de mi cama”: Esta muerte empeñosa se calentó conmigo/y quisiera dejarme más chupado que un higo.
Por otro lado, la presencia del sexo es recurrente en poemas como “Tractatus de
Sortilegiis”, “Misterio gozoso”, “Nacimiento del fantasma” y “Sábana arriba”. El
primero de ellos nos parece un ejemplo trascendente que presenta una sexualidad
perversa y mortífera, es decir, se alían de algún modo fecundidad y muerte. Las
sábanas como objeto erótico aparecen en los dos últimos y adquieren un
simbolismo muy destacado según nuestro punto de vista por ser las que cubren el
cuerpo desnudo de la mujer.
El
poema de Floridor Pérez, “La partida inconclusa”, es sencillamente
estremecedor. Presenta la historia de un hombre que es llamado mientras juega
con un amigo al ajedrez. Este abandono, como comprenderá más tarde el compañero
que permanece esperándolo, se debe a que fue fusilado. Es entonces cuando
reflexiona en el último verso: -¿Y si te
hubieran tocado las blancas? Este comentario no deja de ser una señal de
que cualquiera era susceptible de ser atacado en aquellos oscuros tiempos. La forma de comunicar este mensaje es lo que
más nos ha cautivado, sin duda alguna.
Omar
Lara es otro poeta destacado. La nostalgia es el motor que vertebra su poética,
ya que en “Miro esta tarde que perdí” y en “Sábado en Portocaliu” concede gran
importancia a la memoria y parece aspirar a recuperar situaciones del pasado. A
pesar de considerarlo un buen poeta, no ha despertado en nosotros tanto interés
como otros poetas chilenos. Los siguientes versos, ahora bien, nos han parecido
muy representativos porque describen muy bien la situación de su país:
La
historia se detuvo en la puerta
de
las ciudades de miseria
bocas
quemadas por el silencio
cuerpos
sitiados en el vacío
polvo
de huesos en el aire
Gonzalo
Millán, por el contrario, sí que nos resulta un poeta muy atrayente por sus
referencias directas a la dictadura. Sorprende que en un periodo tan cercano al
golpe militar, en 1979, escribiese La
ciudad. Este libro es impresionante porque el poeta borra aquello que nunca
debió existir y la ciudad vuelve atrás, cuando todavía no existía la dictadura.
Sin embargo, Millán considera que esta regresión es del todo utópica y no en
vano hace alusión a Tomás Moro. Desesperadamente imagina un Chile democrático
en los setenta, una misión imposible porque ya no hay forma de impedir el golpe
militar ni todo lo que después sucedió. “Apocalipsis doméstico” resume muy bien
el contenido del poema, pues se describe una casa desastrosa y casi abandonada.
Si destacamos este poema es porque el valor de la imagen es muy importante.
Raúl Zurita es un poeta de mención obligada
por ser esencial para comprender la poesía de los ochenta. Se trata del tercer gran
poeta chileno, según los críticos, el que completa al dúo formado por Vicente
Huidobro y Pablo Neruda. Es el ejemplo paradigmático de poeta innovador porque
sus poemas son muy fragmentarios, están desprovistos de puntuación y los
símbolos son recurrentes. Además es el mejor poeta que mejor transmite el
sufrimiento, lo que le ha otorgado la gran mayoría de los honores que ha
recibido. La reivindicación en sus poemas es un motivo muy visible, pues en
muchos de ellos hace referencias a su propia vida como revolucionario. “Domingo
en la mañana” se posiciona como uno de los más destacados porque, aunque es muy
ambiguo, es tan crudo que consigue estremecer al lector y transmitirle una
fuerza de lucha increíble a pesar del notable abatimiento de la voz poética.
“El desierto de Atacama” nos parece un poema especial por el hecho de saber la
insistencia con la que el poeta incorpora este paisaje como metáfora que
ilustra cómo la dictadura dejó al país:
Y
si no se escucha a las ovejas balar en el
Desierto
de Atacama nosotros somos
entonces
los pastizales de Chile para que en
todo
el espacio en todo el mundo en toda la
patria
se escuche ahora el balar de nuestras
propias
almas sobre esos desolados desiertos
miserables
Zurita,
igualmente, saca la poesía de su contexto y la dirige a los lugares que son de
todos, como el cielo o el propio desierto. Esto nos indica la recurrencia con
la que se refiere al paisaje chileno y muy en concreto el desierto de Atacama,
empleado incluso para transmitir un mensaje solo visible desde el aire: ni pena ni miedo. No obstante, el poema que
más nos ha sorprendido es “Allá lejos” por esa naturalidad con la que Zurita
hace una reescritura de un pasaje bíblico con el fin de hacer oír a los reprimidos
de la dictadura chilena. Lejos, en esas
perdidas cordilleras de Chile se convierte en un gran verso que alude a la
represión de la dictadura al asegurar que fue allí donde se cometió el
asesinato de Isaac. Zurita aporta a la situación una envergadura mucho mayor
que nos hace estremecer, ya que desde el principio se muestra muy implacable y
trata el sacrificio como un asesinato.
El caso de Diego Maquieira también es
sobresaliente. “La Tirana I (Me sacaron por la cara)” podría ser considerado el
poema más destacado porque en él nos describe una figura histórica muy
conocida. Puesto que el poema resalta de ella que es culta y vulgar a la vez,
rasgos contradictorios, asistimos a una desmitificación del personaje. De “El
gallinero” subrayamos que es un resumen de la historia de América, lo que
resulta interesante porque además se presenta como un entorno caótico. La
parodia, igualmente, está presente en su producción y “Ars vitae”, poema que
constituye una burla crítica a la forma de vida de los soldados, da cuenta de
ello:
No
conocíamos ni la humildad
ni
la caridad, ni la abnegación
ni
la dulzura
Éramos
serios y semifabulosos
y
adorábamos a nuestras esposas
que
adoraban el falo y el oro
Elicura Chihuailaf tal vez sea el poeta
que más nos ha agradado por diversos motivos. El espacio poético desarrollado
por el poeta recupera la simbología de la cultura mapuche. Se trata de una
poesía oral muy visual que empalaga los sentidos. “Sueño azul” es un poema
maravilloso en el que se da a conocer la vida de este pueblo olvidado en el sur
de Chile. Son muy frecuentes las imágenes y los colores, ya que contienen una
significación precisa que el propio poeta aclaró en una ocasión: el color azul es la representación del espacio
desde el que emergió el primer espíritu libre. El cielo tiene una gran
presencia en la comunidad mapuche, pues, al igual que los cristianos, gozan de
un espacio en el Azul una vez han fallecido:
Sufría
yo pensando que alguno de los mayores que
amaba
tendría
que encaminarse hacia las orillas del Río de
las
Lágrimas
a
llamar al balsero de la muerte
para
ir a encontrase con los antepasados
y
alegrarse en el País Azul
Sin embargo, no todo son coincidencias y
Chihuailaf mostrará también los aspectos que diferencian a los mapuches de otras
sociedades humanas. A sabiendas que de que esta la vida en este sociedad es
algo desconocida por el resto de chilenos, puntualiza en unos versos que este
lugar y su gente son reales: Hablo de la
memoria de mi niñez y no de una/ sociedad idílica. Hace esta aclaración
porque, quienes no han vivido en un entorno plagado de naturaleza, toman esta
situación como algo ficcional. Si tenemos en cuenta que Mapuche significa Gente de la Tierra, no es tan extraña esa
conexión con el medio natural. Este territorio es importante para él porque es
su hogar y ahí están sus orígenes, pero también influye en su concepción de la
poesía: Allí, me parece, aprendí lo que
era la poesía/ las grandezas de la vida
cotidiana, pero sobre todo sus detalles…
La
poeta Teresa Calderón tiene la virtud de mostrar situaciones, más o menos
normales dentro de la pareja, de una forma cómica. Nos ha divertido en gran
medida “Celos que matan pero no tanto”, donde presenta a una mujer celosa que
amenaza a su marido con causarle daño si la engaña con otras: aquí va a haber un muerto / habrá un muerto / en la familia / querido mío.
El poema está dividido en ocho partes y, en una de ellas, se detiene incluso en
resaltar formas por las que el hombre puede morir y que parezca un accidente. Reclama
a Mnémesis, la diosa de la venganza, para que la ayude a castigar a aquellos
que la han traicionado. Todo ello lo transmite remarcando el carácter
humorístico del poema: Todos mis sentidos
alerta./ Dije todos / menos el sentido/ del humor.
Malú
Urriola, por último, es otra poeta relevante. En “Gatos” juega con el desdoble
y la hablante ficticia se dirige a la autora real. Esta característica es
propia de la literatura escrita por mujeres, por lo que no es extraño encontrar
este elemento en esta figura. Este
poema, además, contiene para nosotros una gran verdad: los poetas se odian / toman
ju tos pero se odian. Hace referencia a que el mundo de la
poesía es muy competitivo y que siempre existen rencillas entre poetas. Por lo
demás, no es una poeta que nos haya llamado la atención.
A
lo largo de esta reflexión, hemos podido comprobar que la poesía chilena cuenta
con un grupo de poetas muy notables. Todos ellos, de forma más o menos evidente,
innovan en el terreno poético y son dignos defensores del versolibrismo. La dictadura
supuso un punto de inflexión para su carrera, por lo que son el ejemplo de que
las circunstancias repercuten directamente en la creación poética. Están
marcados, sin lugar a dudas, por un contexto cruel que les obliga a recurrir a
otros métodos de expresión. Solo así puede entenderse que la poética del
silencio fuese tan destacable Opinamos, por ende, que se trata de una poesía muy
peculiar a la vez que emotiva. Dada su complejidad es necesaria una lectura
paciente para entender la riqueza de su composición, pero el esfuerzo compensa.