miércoles, 23 de noviembre de 2016

La poesía chilena contemporánea según mi punto de vista



Queridos amigos, aquí estoy una semana más para ofreceros un pedacito de mis modestos conocimientos literarios. En esta ocasión me ha parecido interesante analizar desde una perspectiva personal, aunque brevemente, la poesía chilena contemporánea. Os preguntaréis por qué he seleccionado únicamente a poetas de este país y la respuesta es simple: probablemente sean los más experimentales y, por tanto, los más atrayentes. En esta reflexión aparecerán nombres bien representativos como Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Óscar Hahn, Floridor Pérez, Omar Lara, Gonzalo Millán, Raúl Zurita, Diego Maquieira, Elicura Chihuailaf, Teresa Calderón o Malú Urriola. Compartiré muchos de sus versos, pero en otros casos me limitaré a facilitaros el título del poema en cuestión para que los busquéis por vuestra cuenta (tampoco es cuestión de colapsar la entrada con millones de líneas cuando podéis encontrar fácilmente el que os interese). Sin más dilación, juzgad por vuestra cuenta la calidad de la poesía en Chile.

 

La poesía hispanoamericana actual está necesariamente ligada a una serie de sucesos históricos, políticos y sociales que afectan a un gran número de países del continente latinoamericano a finales del siglo xx. Esto hace posible que tenga un carácter muy distintivo en comparación con otras procedentes de Norteamérica y Europa, por lo que es importante analizar cuál es el papel que desempeña dentro de las letras castellanas desde nuestro humilde punto de vista.

Concretamente es interesante repasar la situación chilena, ya que este es uno de los países con mayor tradición poética del continente americano. La vanguardia, que en líneas generales ya ejerció una influencia considerable en la poesía y la transformó por completo, es una corriente estética muy destacada en Chile. Sólo cabe señalar que la huella de Vicente Huidobro y Pablo Neruda es tan profunda que son muchos los poetas continúan su camino. La poesía de la comunicación, sin ir más lejos, comienza en los años sesenta a tomar los preceptos vanguardistas para usos ligados al diálogo con el lector. También los neovanguardistas recuperan en los ochenta y en los noventa la forma de la vanguardia, incluyendo múltiples formas de codificación para marcar su identidad. Todas estas figuras, marcadas por el deseo de innovar, han hecho posible que los poetas chilenos sean calificados como experimentales. Otro rasgo distintivo es la recreación de la violencia y la exposición de la tristeza, más especialmente a partir de 1973 debido a la traumática vivencia de la dictadura pinochetiana. La suma de dichas circunstancias componen esas características tan marcadas de la poesía chilena contemporánea, reconocida por su fuerza y rebeldía.

Una vez presentados los rasgos generales, es necesario prestar atención a las peculiaridades de cada uno de los poetas mencionados en el encabezado. Cabe destacar, en primer lugar, que Nicanor Parra nos ha parecido una figura realmente atractiva por su tendencia a la crítica. En “Los vicios del mundo moderno” condena el capitalismo, la sociedad de consumo, el progreso tecnológico y la vida artificial. Del mismo modo, con un tono destacado por el humor negro y la ironía, se muestra disconforme en “Discurso fúnebre” con la hipocresía de ciertas costumbres sociales: 


Dícese que el cadáver es sagrado,

pero todos se burlan de los muertos.

¡Con qué objeto los ponen en hileras

como si fueran latas de sardinas!



Dícese que el cadáver ha dejado

un vacío difícil de llenar

y se componen versos en su honor.

¡Falso, porque la viuda no respeta

ni el ataúd ni el lecho del difunto!


 Además, tanto en “La montaña rusa” como en Manifiesto, promueve la destrucción de la poesía anterior, aquella que la burguesía chilena convirtió en un privilegio para unos pocos, porque desea que la poesía sea un producto social. El famoso psicoanalista Siegmund Freud también es motivo de burla, puesto que se le reprocha en un poema con su mismo nombre que todo lo relaciona con el acto sexual.  El juego antipoético, en definitiva, hasta consigue romper el esquema propio de la oración cristiana en “Padre nuestro”, poema en el que reconstruye dicho rezo.

Gonzalo Rojas es, por su parte, otro de los máximos exponentes de la poesía chilena. “Carbón” nos ha conmovido porque es un canto crítico a la explotación laboral, motivado seguramente por una experiencia personal del poeta. Su padre fue ingeniero de minas y murió desempeñando esta labor cuando él era pequeño. Este suceso debió marcar mucho su existencia, tanto que en Atacama trabajó en las minas dedicándose a la alfabetización de los trabajadores. Conociendo estos datos, hemos podido valorar en gran medida el ya mencionado poema y considerarlo uno de nuestros favoritos. También “Qedeshim Qedeshóth” nos ha llamado la atención precisamente porque se hace alusión a la violencia sexual de forma muy cruda, algo común durante la dictadura: …y lascivo y /seminal la violé en su éxtasis como /si eso no fuera un templo sino un prostíbulo, la /besé áspero, la/ lastimé

Otra figura destacable es Enrique Lihn, poeta muy estimado por oponerse a la asfixiante cultura oficial de la época de la dictadura militar. “Nunca salí del horroroso Chile” expresa el dolor del viajante, que se siente extranjero en todas partes y que, en verdad, no puede escapar jamás de su tierra. La voz poética asume que bien pudo salir físicamente del país pero que su corazón permaneció allí. También ataca a la poesía tradicional en “Rimbaud”, donde califica como basura a la retórica que no aporta nada al poema. En “Porque escribí” razona que la escritura es un escape, una terapia o un antídoto para huir de la muerte: porque escribí porque escribí estoy vivo.  Sin duda este último ha sido el poema que más nos ha agradado de Lihn por haber captado tan certeramente la razón por la que escribimos los seres humanos, que no es otra que la de escapar de nuestra angustiosa realidad.

En un mismo sentido giran las palabras de Jorge Teillier, quien resume lo siguiente: ninguna poesía ha calmado el hambre o remediado una injusticia social, pero su belleza puede ayudar a sobrevivir contra todas las miserias. Este poeta también se sirve de la poesía para huir del momento presente. Solo así puede entenderse su obsesión por rememorar la infancia en poemas como “Juegos en la noche”. Se trata de una voz poética melancólica que teme el paso del tiempo por ser el que nos lleva a la muerte, como puede observarse en las últimas estrofas de “Despedida”:


y me despido de estos poemas:

palabras, palabras – un poco de aire

movido por los labios – palabras

para ocultar quizás lo único verdadero:

que respiramos y dejamos de respirar


 Este sentimiento es el que promueve que manifieste constantemente el deseo de ser niño otra vez, muy especialmente en “Pequeña confesión”. El poeta está embargado por la nostalgia, tanto que confirma que el alcohol es el recurso idóneo para ahogar sus penas existenciales. Teillier tiene claro que es mejor morir de vino que de tedio, verso muy significativo en nuestra opinión. No en vano “Un hombre solo en una casa sola” presenta una figura en estado depresivo que muestra lo perjudicial que es el aburrimiento y la soledad.

Óscar Hahn es, en nuestra opinión, el poeta de la muerte y el sexo. Nos ha llamado la atención especialmente por “Visión de Hiroshima”, donde hace alusión a la violencia del poder y describe con mucho realismo la desolación causada por la radiactividad. De un estilo parecido es “Un ahogado pensativo a veces desciende”, pues se repite persistentemente el verso hay otro muerto más flotando aquí y este provoca un sentimiento de angustia al lector porque aparece muy intensificado.  Hahn, preso durante el golpe militar de 1973, convivió con la muerte y este es el motivo por el que escribe versos tan significativos como los de “La muerte está sentada a los pies de mi cama”: Esta muerte empeñosa se calentó conmigo/y quisiera dejarme más chupado que un higo. Por otro lado, la presencia del sexo es recurrente en poemas como “Tractatus de Sortilegiis”, “Misterio gozoso”, “Nacimiento del fantasma” y “Sábana arriba”. El primero de ellos nos parece un ejemplo trascendente que presenta una sexualidad perversa y mortífera, es decir, se alían de algún modo fecundidad y muerte. Las sábanas como objeto erótico aparecen en los dos últimos y adquieren un simbolismo muy destacado según nuestro punto de vista por ser las que cubren el cuerpo desnudo de la mujer.

El poema de Floridor Pérez, “La partida inconclusa”, es sencillamente estremecedor. Presenta la historia de un hombre que es llamado mientras juega con un amigo al ajedrez. Este abandono, como comprenderá más tarde el compañero que permanece esperándolo, se debe a que fue fusilado. Es entonces cuando reflexiona en el último verso: -¿Y si te hubieran tocado las blancas? Este comentario no deja de ser una señal de que cualquiera era susceptible de ser atacado en aquellos oscuros tiempos.  La forma de comunicar este mensaje es lo que más nos ha cautivado, sin duda alguna.

Omar Lara es otro poeta destacado. La nostalgia es el motor que vertebra su poética, ya que en “Miro esta tarde que perdí” y en “Sábado en Portocaliu” concede gran importancia a la memoria y parece aspirar a recuperar situaciones del pasado. A pesar de considerarlo un buen poeta, no ha despertado en nosotros tanto interés como otros poetas chilenos. Los siguientes versos, ahora bien, nos han parecido muy representativos porque describen muy bien la situación de su país: 


La historia se detuvo en la puerta

de las ciudades de miseria

bocas quemadas por el silencio

cuerpos sitiados en el vacío

polvo de huesos en el aire


Gonzalo Millán, por el contrario, sí que nos resulta un poeta muy atrayente por sus referencias directas a la dictadura. Sorprende que en un periodo tan cercano al golpe militar, en 1979, escribiese La ciudad. Este libro es impresionante porque el poeta borra aquello que nunca debió existir y la ciudad vuelve atrás, cuando todavía no existía la dictadura. Sin embargo, Millán considera que esta regresión es del todo utópica y no en vano hace alusión a Tomás Moro. Desesperadamente imagina un Chile democrático en los setenta, una misión imposible porque ya no hay forma de impedir el golpe militar ni todo lo que después sucedió. “Apocalipsis doméstico” resume muy bien el contenido del poema, pues se describe una casa desastrosa y casi abandonada. Si destacamos este poema es porque el valor de la imagen es muy importante.

Raúl Zurita es un poeta de mención obligada por ser esencial para comprender la poesía de los ochenta. Se trata del tercer gran poeta chileno, según los críticos, el que completa al dúo formado por Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Es el ejemplo paradigmático de poeta innovador porque sus poemas son muy fragmentarios, están desprovistos de puntuación y los símbolos son recurrentes. Además es el mejor poeta que mejor transmite el sufrimiento, lo que le ha otorgado la gran mayoría de los honores que ha recibido. La reivindicación en sus poemas es un motivo muy visible, pues en muchos de ellos hace referencias a su propia vida como revolucionario. “Domingo en la mañana” se posiciona como uno de los más destacados porque, aunque es muy ambiguo, es tan crudo que consigue estremecer al lector y transmitirle una fuerza de lucha increíble a pesar del notable abatimiento de la voz poética. “El desierto de Atacama” nos parece un poema especial por el hecho de saber la insistencia con la que el poeta incorpora este paisaje como metáfora que ilustra cómo la dictadura dejó al país:


Y si no se escucha a las ovejas balar en el

Desierto de Atacama nosotros somos

entonces los pastizales de Chile para que en

todo el espacio en todo el mundo en toda la

patria se escuche ahora el balar de nuestras

propias almas sobre esos desolados desiertos

miserables


  Zurita, igualmente, saca la poesía de su contexto y la dirige a los lugares que son de todos, como el cielo o el propio desierto. Esto nos indica la recurrencia con la que se refiere al paisaje chileno y muy en concreto el desierto de Atacama, empleado incluso para transmitir un mensaje solo visible desde el aire: ni pena ni miedo. No obstante, el poema que más nos ha sorprendido es “Allá lejos” por esa naturalidad con la que Zurita hace una reescritura de un pasaje bíblico con el fin de hacer oír a los reprimidos de la dictadura chilena. Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile se convierte en un gran verso que alude a la represión de la dictadura al asegurar que fue allí donde se cometió el asesinato de Isaac. Zurita aporta a la situación una envergadura mucho mayor que nos hace estremecer, ya que desde el principio se muestra muy implacable y trata el sacrificio como un asesinato.

El caso de Diego Maquieira también es sobresaliente. “La Tirana I (Me sacaron por la cara)” podría ser considerado el poema más destacado porque en él nos describe una figura histórica muy conocida. Puesto que el poema resalta de ella que es culta y vulgar a la vez, rasgos contradictorios, asistimos a una desmitificación del personaje. De “El gallinero” subrayamos que es un resumen de la historia de América, lo que resulta interesante porque además se presenta como un entorno caótico. La parodia, igualmente, está presente en su producción y “Ars vitae”, poema que constituye una burla crítica a la forma de vida de los soldados, da cuenta de ello:


No conocíamos ni la humildad

ni la caridad, ni la abnegación

ni la dulzura

Éramos serios y semifabulosos

y adorábamos a nuestras esposas

que adoraban el falo y el oro


Elicura Chihuailaf tal vez sea el poeta que más nos ha agradado por diversos motivos. El espacio poético desarrollado por el poeta recupera la simbología de la cultura mapuche. Se trata de una poesía oral muy visual que empalaga los sentidos. “Sueño azul” es un poema maravilloso en el que se da a conocer la vida de este pueblo olvidado en el sur de Chile. Son muy frecuentes las imágenes y los colores, ya que contienen una significación precisa que el propio poeta aclaró en una ocasión: el color azul es la representación del espacio desde el que emergió el primer espíritu libre. El cielo tiene una gran presencia en la comunidad mapuche, pues, al igual que los cristianos, gozan de un espacio en el Azul una vez han fallecido:


Sufría yo pensando que alguno de los mayores que

amaba

tendría que encaminarse hacia las orillas del Río de

las Lágrimas

a llamar al balsero de la muerte

para ir a encontrase con los antepasados

y alegrarse en el País Azul


Sin embargo, no todo son coincidencias y Chihuailaf mostrará también los aspectos que diferencian a los mapuches de otras sociedades humanas. A sabiendas que de que esta la vida en este sociedad es algo desconocida por el resto de chilenos, puntualiza en unos versos que este lugar y su gente son reales: Hablo de la memoria de mi niñez y no de una/ sociedad idílica. Hace esta aclaración porque, quienes no han vivido en un entorno plagado de naturaleza, toman esta situación como algo ficcional. Si tenemos en cuenta que Mapuche significa Gente de la Tierra, no es tan extraña esa conexión con el medio natural. Este territorio es importante para él porque es su hogar y ahí están sus orígenes, pero también influye en su concepción de la poesía: Allí, me parece, aprendí lo que era la poesía/ las grandezas de la vida cotidiana, pero sobre todo sus detalles

La poeta Teresa Calderón tiene la virtud de mostrar situaciones, más o menos normales dentro de la pareja, de una forma cómica. Nos ha divertido en gran medida “Celos que matan pero no tanto”, donde presenta a una mujer celosa que amenaza a su marido con causarle daño si la engaña con otras: aquí va a haber un muerto / habrá un muerto / en la familia / querido mío. El poema está dividido en ocho partes y, en una de ellas, se detiene incluso en resaltar formas por las que el hombre puede morir y que parezca un accidente. Reclama a Mnémesis, la diosa de la venganza, para que la ayude a castigar a aquellos que la han traicionado. Todo ello lo transmite remarcando el carácter humorístico del poema: Todos mis sentidos alerta./ Dije todos / menos el sentido/ del humor.

Malú Urriola, por último, es otra poeta relevante. En “Gatos” juega con el desdoble y la hablante ficticia se dirige a la autora real. Esta característica es propia de la literatura escrita por mujeres, por lo que no es extraño encontrar este elemento en esta figura.  Este poema, además, contiene para nosotros una gran verdad: los poetas se odian / toman ju tos pero se odian. Hace referencia a que el mundo de la poesía es muy competitivo y que siempre existen rencillas entre poetas. Por lo demás, no es una poeta que nos haya llamado la atención.

A lo largo de esta reflexión, hemos podido comprobar que la poesía chilena cuenta con un grupo de poetas muy notables. Todos ellos, de forma más o menos evidente, innovan en el terreno poético y son dignos defensores del versolibrismo. La dictadura supuso un punto de inflexión para su carrera, por lo que son el ejemplo de que las circunstancias repercuten directamente en la creación poética. Están marcados, sin lugar a dudas, por un contexto cruel que les obliga a recurrir a otros métodos de expresión. Solo así puede entenderse que la poética del silencio fuese tan destacable Opinamos, por ende, que se trata de una poesía muy peculiar a la vez que emotiva. Dada su complejidad es necesaria una lectura paciente para entender la riqueza de su composición, pero el esfuerzo compensa.


Hasta aquí llega mi intervención. La próxima semana publicaré una nueva entrada. Un saludo especial a los chilenos que me lean.